Miembros del Concejo Municipal presentaron un paquete de cuatro anteproyectos de ley que busca regular el comercio informal, en un momento en que miles se han lanzado a vender en las calles.
En una temporada en donde en algunos vecindarios y calles de la Gran Manzana se desbordan por la actividad de los vendedores ambulantes, un grupo de concejales introdujo este miércoles un paquete de cuatro reformas para regular esta actividad.
Básicamente, los legisladores aspiran que por ley se amplíen las licencias comerciales de ventas callejeras y se reduzca la responsabilidad penal, especialmente a los vendedores de alimentos.
Los infractores actualmente pueden enfrentar un cargo de delito menor, una multa mínima de $150 y pena de cárcel. El proyecto de ley reduciría el castigo máximo a una citación judicial y pondría un límite de $1,000 a cualquier multa.
Hace mucho tiempo que se cerró por completo la lista de espera para licencias municipales de proveedores de mercancías. Hay más de 10,000 personas en esta fila.
El cambio más radical que plantea el grupo de legisladores, mayoritariamente de origen hispano, es eliminar el límite de permisos y licencias de vendedores de la ciudad, que ha permanecido totalmente bloqueado por décadas.
Además, se plantea establecer una División de Asistencia a Vendedores Ambulantes dentro de los Servicios para Pequeñas Empresas de la Ciudad de Nueva York y la creación de nuevas normas que permitan clarificar dónde y cómo un vendedor puede establecer su pequeño negocio en espacios públicos.
“Vamos a generar normas”
“Estamos tratando de involucrar en esta discusión a los comerciantes formales y a los transeúntes que se quejan porque no tienen aceras. Pero vamos a defender el derecho que tienen miles de familias de un sustento. Es hora que se saque de las sombras de la ilegalidad a miles de personas. Es momento de organizar el sistema de ventas ambulantes que está roto. Darle un permiso es una forma de mejorarlo”, razonó la concejal Carmen de La Rosa, una de las patrocinantes de estas reformas.
La concejal dominicana asegura que si se aprueban más autorizaciones municipales, se podrá tener más claro cuántas personas están vendiendo en espacios públicos, en dónde y qué están vendiendo.
“En esta conversación obviamente vamos a generar normas, porque no es justo que una persona que venda flores, lo haga en frente de una floristería debidamente establecida”, acotó.
Previo a la presentación formal de estos anteproyectos legislativos locales en la cámara, se anunció el lanzamiento de la plataforma ‘Coalición de Vendedores Ambulantes’, integrada por diez organizaciones multiétnicas que defienden los derechos de estos comerciantes.
El argumento de los concejales y los defensores es que si más vendedores operan legalmente, los clientes pueden sentirse más seguros de que están siendo regulados, como en el caso de los vendedores de alimentos, que publicarían sus permisos y calificaciones con letras de inspección sanitaria.
Asimismo, reforzaron que la necesidad de una reforma es especialmente urgente en este momento, dado que el número de vendedores ambulantes, que se estima normalmente en unos 20,000, creció durante la pandemia y continúa creciendo exponencialmente a medida que cientos de inmigrantes siguen llegando en masa a la ciudad.
La mayoría opera sin permisos y sin licencias requeridas.
En esta dirección, otra de las patrocinantes de estas propuestas, la concejal Pierina Sánchez de El Bronx, anuncia que están impulsando legislaciones “que nadie se había atrevido antes. Somos la única ciudad importante de Estados Unidos, que regula la venta ambulante, de esta manera tan absurda. Necesitamos defender la justicia, las oportunidades y una política equitativa”.
Igualmente, el concejal Shekar Krishnan concluyó que “el arresto, la cárcel y la separación familiar no deberían ser consecuencias de vender frutas en el Subway. Debemos despenalizar la venta ambulante”.
“Nos hacen emboscadas”
Pero también estos cuatro anteproyectos, se introducen cuando centenares de vendedores ambulantes, se quejan que la Ciudad, ha puesto la “mano más dura” en algunas localidades como Junctions Boulevard en Queens.
Por ejemplo, “la peruana” como pidió ser identificada para esta entrevista, asegura que casi todas las tardes son víctimas de “emboscadas” y remoción de su mercancía, por parte de funcionarios de la Alcaldía.
“A todos los que estamos aquí, las autoridades nos han hecho emboscadas como que estuviéramos vendiendo drogas, prostitución o pornografía. Si quieren limpiar la ciudad saquen lo incorrecto. Persigan a quienes están robando en las tiendas, a los que venden drogas en las esquinas…”, reclamó.
La “peruana” asegura que todos su compañeros pueden demostrar con videos que les quitan la mercancía en bolsas y los retiran de ciertos espacios, en donde ellos consideran no están molestando a nadie.
Otra vendedora de Junction Boulevard, la ecuatoriana Ani Ochoa, respalda la visión de su compañera y relata que cuando le quitan la mercancía, los funcionarios de la Ciudad le dan un papel con información para que vayan a solicitar una licencia formal.
“Cuando vas a la oficina te dicen que no hay más licencias. Nosotros solo queremos trabajar de forma honesta. Y nos tratan como criminales”, expresó.
La opción que tienen estos aspirantes a pequeños comerciantes formales en este momento, es esperar por décadas una licencia u alquilar un permiso en el mercado clandestino por hasta 25,000 dólares, o lanzarse a la calle, enfrentándose a multas recurrentes de 1,000 dólares y confiscación de bienes.
En enero de 2021, el Concejo Municipal de la Ciudad de Nueva York aprobó la Ley Local 18 dando luz verde a 4,450 nuevos permisos para vendedores ambulantes de comida, ahora llamadas ‘licencias de supervisión’, en el transcurso de los próximos 10 años.
Sin embargo, más de un año después de que se aprobara esta legislación, como especifica el Proyecto de Vendedores Ambulantes en un comunicado, “solo se han recibido 14 nuevos permisos, incluso la aplicación de medidas contra los vendedores ha aumentado”.
Momento complicado
La propuesta de reforma cae en un escenario complicado, justamente cuando miles de comerciantes establecidos se quejan que los “ambulantes” bloquean como nunca antes sus negocios y cuando miles de recién llegados, están tras la búsqueda de cualquier actividad para sobrevivir. Obviamente, vender cualquier cosa en las calles, es la opción más inmediata.
Esta confrontación que enfrenta a residentes y comerciantes, se hace más evidente en algunos ejes de Queens como Flushing, Jackson Heights, Corona y Junction Boulevard y algunas partes del Alto Manhattan como Washington Heights y Harlem.
Por ejemplo, un empleado colombiano de una gran tienda de ropa deportiva y de zapatos en la calle 79 de Jackson Heights, con la Avenida Roosevelt, asegura que los propietarios de ese negocio piensan en cerrar, bajo el razonamiento de que mucha de su mercancía se comercializa en las aceras a precios menores.
“Hay que poner un punto de equilibrio. Cierra los ojos por un segundo e imagínate que todo el que quiera vender algo en la calle, salga. ¿Qué va a pasar con la ciudad? Yo me pongo la mano en el corazón por la gente que necesita. Pero ya no se puede ni caminar por algunas calles. Y los comerciantes que pagan renta e impuestos altísimos, ven los mismos productos a bajo precio tirados en el suelo. No es justo”, considera el inmigrante.
Será difícil avanzar
Las cuatro propuestas con toda seguridad recibirán toda la oposición de varios sectores que históricamente han bloqueado se expandan las licencias a los ambulantes, incluyendo las poderosas cámaras de comercio y las alianzas que defienden a los bares y restaurantes.
Por su parte, portavoces del caucus de Sentido Común del Concejo, integrado por la minoría republicana, aseguran que analizarán el contenido de la nueva propuesta de reforma, pero de antemano presumen que es un paso hacia el “comercio ilegal en las calles, que apunta a más caos del existente”.
“En un momento en donde masas de inmigrantes vienen atraídos por el derecho al refugio, vamos a imaginarnos que entonces también le digas al mundo, que tienes también derecho a ser vendedor ambulante. ¿En qué quieren convertir a la ciudad de Nueva York?”, reaccionó la fuente.
En resumen: Las cuatro propuestas
1. Garantizar el acceso de los proveedores de todo tipo de mercancías a las licencias comerciales, para que se conviertan formalmente en pequeños empresarios.
2. Eliminar la responsabilidad penal de los vendedores ambulantes cuando cometan una infracción por estar comercializando productos en espacios no permitidos y convertirlo en solo una sanción civil.
3. Crear una División de Asistencia a Vendedores Ambulantes dentro de los Servicios para Pequeñas Empresas de la Ciudad de Nueva York (SBS).
4. Reformar los criterios de la ubicación de los comerciantes informales, luego de analizar cuáles son los mejores lugares, en donde se pueden ubicar en el espacio público.
El dato:
$71.2 millones es el promedio en impuestos locales, estatales y federales que pagan estos comerciantes.
Por Fernando Martínez