El entretenimiento favorito en la actualidad es el de fotografiar y hacer videos de las súper ratas neoyorkinas para subirlos a las redes sociales.
Muchos dicen que a los ratones les gusta muy poco comer frutas, pero al parecer, por la cantidad de roedores que han invadido la ciudad de Nueva York, pareciera que estos llegaron dispuestos a devorar La Gran Manzana para adueñarse de la capital del mundo.
Según las estadísticas, en la ciudad de los rascacielos habitan aproximadamente 8,5 millones de habitantes, y se estima que las ratas casi superan esta cifra creando un grave problema a las autoridades de salud del estado.
Una de las grandes preocupaciones es que estos mamíferos roedores puedan crear un brote de enfermedades como la Leptospirosis, el Hantavirus, la Peste bubónica o Toxoplasmosis entre otras, que tienen en común el padecimiento de dolores de cabeza y musculares, malestar general, fiebre y escalofríos.
Todo indica que las autoridades neoyorkinas están perdiendo la batalla en su lucha por erradicar a su declarado “enemigo público número uno”.
Millones de dólares se invierten mensualmente en la contratación de compañías exterminadoras especializadas en la eliminación y control de estos despreciables animalitos y, sin embargo, no han logrado detener su reproducción y expansión.
El veneno para eliminarlas y las diversas trampas para su captura utilizadas no han sido efectivos, ya que inteligentemente estos roedores los ignoran.
Residentes de casas y apartamentos continúan reportando a la línea de quejas y consultas de la ciudad 311, la masiva presencia de ratones dentro de sus viviendas y alrededores.
Nueva York es una metrópolis que produce más de 15 millones de toneladas de basura al año.
El Departamento de Saneamiento de la Ciudad (DSNY, por sus siglas en inglés), es el más grande del mundo con un presupuesto de más de $1,900 millones y una empleomanía que supera las 10,000 personas.
Dicho departamento asegura que existen unos 23,000 pequeños tanques de basura colocados en las esquinas, pero no dan abasto. Siempre están desbordados a pesar de la constante labor de recogida que realizan los 2,000 camiones contenedores de la ciudad.
En abril pasado, el alcalde de Nueva York, Eric Adams, anunció la estrategia de cambiar la hora en la que los dueños de edificios debían sacar las bolsas de basura a las calles dentro y fuera de los contenedores para su recogida.
Con anterioridad, los dueños de edificios comerciales y de apartamentos, así como casas independientes, colocaban bolsas de basura y contenedores en las aceras desde las 4:00 de la tarde, desechos que eran recogidos por camiones compactadores durante la noche y la madrugada.
Para mantener la ciudad limpia, sin malos olores y evitar la propagación de ratas y moscas, se ordenó como medida de control que los desechos sólidos se coloquen en las aceras a partir de las 8:00 de la noche.
Esta estrategia del alcalde Adams, más que resolver el problema de higiene e insalubridad, creó un problema laboral en toda la ciudad.
Los encargados de limpieza de edificios comerciales y apartamentos conocidos como “Súper”, son hombres y mujeres de diversas nacionalidades que realizan esta labor en un horario regular entre las 8:00 de la mañana y la 5:00 de la tarde.
Aunque muchos de estos empleados privados residen dentro de los mismos edificios laborando a tiempo completo como Súper “Full-time”, la gran mayoría cumplen esta labor en un contrato a medio tiempo “Part-Time” de cuatro a cinco horas diarias.
Casi el 90% de los contratados a medio tiempo recorren grandes distancias de un condado a otro desde tempranas horas de la mañana utilizando como transporte público trenes y autobuses, regresando a sus hogares casi llegando la noche.
La nueva medida del alcalde neoyorkino ha complicado la vida de estos empleados, ya que luego de terminar su labor entre las 4:00 y 5:00 de la tarde deben esperar las 8:00 de la noche para sacar la basura y cumplir así la ordenanza de la ciudad que no vino con una disposición para los empleadores de pagar un extra por horario de trabajo extendido.
La medida, supuestamente para evitar la propagación de las ratas, ha sido un fracaso ya que estos despreciables animalitos prefieren la tranquilidad de la noche para salir a comer evitando así la presencia humana que las hacen correr despavorida.
Los túneles de los trenes subterráneos “subway”, han sido invadidos por estos roedores especialmente debajo de la emblemática zona turística de Time-Square, lugar donde convergen los trenes procedentes de los condados de Manhattan, Queens, Brooklyn, Bronx y State Island.
Miles de turistas de todo el mundo visitan la ciudad de Nueva York cada año atraídos por la gran diversidad de atracciones, pero el entretenimiento favorito en la actualidad es el de fotografiar y hacer videos de las súper ratas neoyorkinas para subirlos a las redes sociales.
Lo más divertido es cuando una de ellas logra penetrar a unos de los vagones y corretear por los pies de los pasajeros provocando brincos, gritos y pánico, algunos intentando desesperadamente subirse a los asientos ocupados y sin poder salir del vagón por estar en movimiento.
Por Rafael Gómez