Biden celebra la caída de Bashar al Assad, pero advierte riesgos para Siria
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, calificó como un “momento histórico” la caída del régimen de Bashar al Assad en Siria, atribuyéndolo parcialmente a los esfuerzos de Washington por debilitar las alianzas internacionales del líder sirio, especialmente con Rusia e Irán. Este acontecimiento marca el fin de más de una década de conflicto, opresión y sufrimiento para el pueblo sirio.
“Al fin ha caído el régimen de Al Assad, que ha brutalizado, torturado y asesinado a cientos de miles de sirios inocentes”, declaró Biden tras una reunión con su cúpula de seguridad en la Casa Blanca. Según el mandatario, el desenlace supone “un acto de justicia fundamental y una oportunidad histórica para que el pueblo sirio construya un futuro mejor y más esperanzador”.
Una transición llena de incertidumbre
A pesar de la celebración, Biden advirtió que Siria se encuentra en un momento de “riesgo e incertidumbre”, un vacío político que, de no ser manejado con cuidado, podría desencadenar más inestabilidad en la región. El mandatario aseguró que Estados Unidos, en coordinación con sus socios internacionales, trabajará para gestionar la transición de poder en el país árabe.
En sus declaraciones, Biden prometió establecer contactos con diversos grupos sirios —sin especificar cuáles— para garantizar una transición política que respete las aspiraciones de los ciudadanos sirios. Sin embargo, enfatizó que este proceso requerirá paciencia, cooperación internacional y la voluntad de las fuerzas internas de Siria.
Impacto regional y geopolítico
La caída del régimen de Al Assad tiene implicaciones profundas para la geopolítica en Oriente Medio. Siria, durante años, ha sido un escenario clave para la influencia de Rusia e Irán, aliados incondicionales del ahora depuesto líder. La salida de Al Assad podría reducir la presencia de estos actores en la región, un objetivo que Estados Unidos ha perseguido activamente mediante sanciones y presiones diplomáticas.
No obstante, esta situación también abre interrogantes sobre quién tomará las riendas del país y cómo se manejará el mosaico de intereses de los diferentes grupos étnicos, religiosos y políticos que operan dentro de Siria.
Un llamado a la comunidad internacional
Biden enfatizó la importancia de la cooperación internacional en este momento crucial. “No podemos permitir que Siria vuelva a caer en el caos o se convierta en un refugio para grupos extremistas. Este es un momento en el que la comunidad internacional debe unirse para apoyar a los sirios en su camino hacia la paz y la reconstrucción”, destacó.
Además, instó a los aliados de Estados Unidos en Europa y Oriente Medio a contribuir con esfuerzos humanitarios y de reconstrucción. Según el mandatario, la reconstrucción de Siria no solo será un desafío económico, sino también un proceso para sanar las divisiones sociales y políticas que han marcado al país durante más de una década.
Un balance complicado
Mientras tanto, los críticos han señalado que la intervención estadounidense en Siria no siempre ha sido clara ni efectiva. Algunos analistas argumentan que la estrategia de Estados Unidos pudo haber prolongado el conflicto, y ahora las expectativas sobre el papel de Washington en la reconstrucción serán mayores.
Biden concluyó sus declaraciones reiterando el compromiso de Estados Unidos de trabajar con los sirios y con la comunidad internacional para garantizar una transición que lleve a la estabilidad, la justicia y la paz duradera en la región.
Por: Francisco Núñez, franciscoeditordigital@gmail.com.