Un túnel interestelar y la burbuja caliente que rodea nuestro Sistema Solar
Un descubrimiento fascinante ha revelado que nuestro Sistema Solar se encuentra inmerso en una región del espacio conocida como la Burbuja Caliente Local (Local Hot Bubble, o LHB). Esta estructura, formada por gas caliente de baja densidad, fue cartografiada en un mapa tridimensional gracias al poderoso telescopio de rayos X eROSITA, que opera desde el espacio. Al analizar ese mapa, científicos en Alemania hicieron un hallazgo inesperado: la existencia de un túnel interestelar en dirección a la constelación de Centaurus.
¿Qué es la Burbuja Caliente Local?
La LHB es una región que se extiende aproximadamente mil años luz alrededor del Sistema Solar. Esta burbuja emite rayos X y tiene características únicas: su gas alcanza temperaturas de un millón de grados Kelvin, con una densidad inferior a 0,01 partículas por centímetro cúbico. Estas condiciones extremas hacen que sea difícil de estudiar desde la Tierra, lo que ha convertido al telescopio eROSITA en una herramienta clave para entenderla.
“El término Burbuja Caliente Local se refiere a la ubicación en la que reside el Sistema Solar”, explicó Michael Yeung, estudiante de doctorado en el Instituto Max Planck de Física Extraterrestre y autor principal del estudio.
Un túnel interestelar en Centaurus
Uno de los hallazgos más asombrosos fue un túnel interestelar que conecta la LHB con otra estructura, posiblemente la superburbuja Loop I, aunque esta conexión aún no se ha confirmado completamente. Michael Freyberg, otro de los investigadores, señaló que el túnel no debe confundirse con un agujero de gusano, ya que no es un atajo a través del espacio-tiempo, sino una conexión entre dos regiones llenas de gas caliente.
Este túnel podría ser un ejemplo de una red más amplia de interconexiones en el medio interestelar, formada por explosiones de supernovas que liberan energía y remodelan el espacio.
Variaciones de temperatura dentro de la burbuja
El estudio reveló un gradiente de temperatura significativo dentro de la LHB, probablemente causado por recientes explosiones de supernovas que calentaron el gas de manera desigual. Estas variaciones podrían deberse a la ubicación específica de las supernovas o a diferencias en la densidad del medio interestelar.
Un ejemplo de evidencia de estas explosiones es la presencia de hierro-60 en la corteza terrestre, un isótopo que solo puede formarse en las supernovas y que llegó a nuestro planeta hace millones de años.
El papel crucial del telescopio eROSITA
El telescopio eROSITA, lanzado en 2019, se encuentra ubicado a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra, fuera de la geocorona (la parte más externa de la atmósfera terrestre), lo que le permite observar el cielo en rayos X sin interferencias. Este telescopio es capaz de mapear el cielo completo cada seis meses, lo que lo convierte en una herramienta única para estudiar estructuras como la LHB.
“Gracias a eROSITA, podemos estar seguros de que los datos obtenidos están libres de contaminación causada por las interacciones del viento solar con partículas de la atmósfera terrestre”, explicó Yeung.
Futuras investigaciones
El descubrimiento del túnel Centaurus es solo el comienzo. Los científicos planean utilizar telescopios más avanzados, como XRISM, para estudiar el plasma en la LHB y otros fenómenos asociados. Además, esperan analizar otras burbujas calientes en el vecindario solar, como la estructura de rayos X conocida como burbujas eROSITA, cuyo origen aún es un misterio.
La investigación sobre la LHB no solo profundiza nuestro entendimiento del medio interestelar, sino que también nos acerca a comprender los eventos cósmicos que moldearon nuestra región del espacio.