El papa Francisco realizó un llamado enérgico contra el armamentismo y la explotación de la naturaleza este domingo, durante el ángelus tras la misa que celebró en Port Moresby, Papúa Nueva Guinea. Ante unos 35.000 fieles reunidos en el estadio John Guise, Francisco abogó por la paz y el cuidado del medio ambiente, especialmente en una región que sufre profundamente los efectos del cambio climático.
«Desde esta tierra bendecida por el Creador, quisiera invocar junto a ustedes el don de la paz para todos los pueblos», dijo el pontífice, pidiendo un rechazo al armamentismo y a la explotación de la casa común. Hizo un llamado a la armonía entre los pueblos y la naturaleza, destacando la importancia de preservar la creación en un país considerado el tercer pulmón del planeta.
Durante la misa, que estuvo marcada por la presencia de tradiciones locales, Francisco también dirigió palabras de consuelo a la población de Papúa Nueva Guinea, asegurándoles que, aunque se encuentran en los confines del mundo, «Dios abate las distancias». El papa recorrió el estadio en un carrito de golf para saludar a los fieles, muchos de los cuales viajaron durante días para asistir a la ceremonia.
En un país mayoritariamente cristiano, con un 30 % de católicos dispersos en vastas áreas y más de 600 islas, Francisco destacó la importancia de cada individuo en el corazón de Dios, diciendo: «Hoy el Señor quiere acercarse a ustedes, hacerlos sentir que están en el centro de su corazón».
Papúa Nueva Guinea enfrenta desafíos significativos, como altos niveles de desigualdad y dificultades económicas, siendo uno de los países con el índice de desarrollo humano más bajo fuera del África subsahariana. La visita del papa busca ofrecer esperanza y apoyo en medio de estas dificultades.
Por: Francisco Nuñez
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