Cazadores nocturnos: Tres ladrones desatan caos en NYC con robos de ATMs en bodegas y tiendas
Un trío de delincuentes apodados los “Midnight Smashers” tiene a las autoridades de Nueva York en alerta tras una ola de robos que han dejado a propietarios de pequeñas tiendas y bodegas luchando por recuperarse de sus pérdidas. Los sospechosos han logrado sustraer casi 50 cajeros automáticos (ATMs) de diferentes locales en Manhattan, Brooklyn, Queens y El Bronx, causando estragos en las comunidades y una creciente preocupación entre los comerciantes.
Según el Departamento de Policía de Nueva York (NYPD), los robos ocurrieron entre el 19 de septiembre y el 26 de diciembre, durante los cuales los ladrones se llevaron “decenas de miles de dólares” en efectivo, de acuerdo con la organización Bodegas Unidas de América (UBA).
Fernando Mateo, portavoz de UBA, expresó la frustración de los comerciantes. “Estos ataques no se parecen a nada que hayamos visto antes. Es inaceptable que los propietarios de pequeñas empresas, la columna vertebral de nuestra ciudad, sean el objetivo de este modo. Merecen una mejor protección y es hora de que los funcionarios de la ciudad actúen con firmeza.”
Un plan calculado
El modus operandi de los ladrones implica el robo de un vehículo o la matrícula de uno. Posteriormente, utilizan estos autos para recorrer la ciudad, destrozar puertas de seguridad y forzar los ATMs. En varios casos, desactivaron cámaras de seguridad antes de huir con el dinero.
Uno de los robos más recientes ocurrió en el “Tasty Bite Deli and Grill” en Jamaica Ave, Woodhaven. Los delincuentes irrumpieron en el lugar alrededor de la 1:30 a.m., cortando el candado de la puerta principal y desconectando las cámaras de seguridad. El empleado, Zeiad Al Eshwary, quien estaba en el sótano, llamó a la policía mientras los ladrones escapaban con un cajero automático lleno de efectivo.
Persecución y captura parcial
La rápida respuesta del NYPD resultó en una persecución vertiginosa por las calles de Queens. Los ladrones usaron un Dodge Durango robado, alcanzando velocidades de hasta 100 mph y desafiando semáforos en rojo antes de estrellarse contra un muro en Horace Harding Expressway.
El conductor, identificado como Celestino Colón, de 40 años, intentó huir a pie, pero fue detenido por los oficiales. En el vehículo se encontró una caja de efectivo vacía, mientras que el cajero automático robado fue hallado más tarde a unas cinco millas de la tienda.
A pesar de ser acusado de robo, hurto mayor, imprudencia temeraria y huir de un oficial, Colón fue liberado por un juez debido a que los cargos no calificaban para la imposición de una fianza.
Indignación y recompensas
La liberación de Colón ha generado indignación entre los comerciantes. Radhamés Rodríguez, presidente de UBA, se mostró incrédulo por la capacidad del grupo para operar con impunidad durante meses. “¿Por qué no han atrapado a estos hombres? Esto es inaudito”, afirmó, al tiempo que anunció una recompensa de $5,000 dólares por información que conduzca a la captura y condena de los responsables.
Además, UBA ha pedido a las autoridades aumentar la vigilancia en las áreas más vulnerables y proteger a las tiendas que enfrentan constantes amenazas.
El costo de la inseguridad
Los robos de ATMs son solo una parte de la creciente inseguridad en torno a las bodegas y tiendas en Nueva York. Estas han sido escenario de múltiples actos de violencia, incluyendo asesinatos y ataques a empleados.
En diciembre, un hombre fue apuñalado mortalmente afuera de una bodega en Brooklyn. En otro caso, seis personas, incluida una madre y su hija, resultaron heridas en un tiroteo en El Bronx. Más recientemente, un empleado postal fue asesinado en Harlem tras una discusión en una bodega.
Un llamado a la acción
Los propietarios de bodegas, agotados por las pérdidas y el peligro constante, exigen una respuesta contundente de las autoridades. “Las bodegas no solo son negocios; son puntos de encuentro comunitario. Si no se les protege, se pone en riesgo la esencia misma de nuestras comunidades”, concluyó Mateo.
Con la recompensa en pie y una creciente presión pública, la ciudad busca restaurar la seguridad y brindar justicia a las víctimas de estos audaces robos.