Rusia prolonga su participación en la Estación Espacial Internacional hasta 2030
En un giro inesperado, Rusia ha confirmado su permanencia en la Estación Espacial Internacional (ISS) hasta el final de su vida útil, programada para 2030. A pesar de sus previas declaraciones sobre retirarse en 2024 y construir su propia estación espacial, esta decisión refuerza la colaboración internacional en uno de los mayores proyectos de la exploración espacial moderna.
Contexto de la decisión
Inicialmente, Rusia anunció su intención de abandonar la ISS en 2024 para concentrarse en el desarrollo de su Estación Orbital Rusa (ROS). Sin embargo, en 2022 dio marcha atrás, extendiendo su participación hasta 2028. Ahora, según Yuri Borisov, jefe de la agencia espacial Roscosmos, el país continuará colaborando en el laboratorio orbital hasta 2030, coordinando con sus socios la desorbitación de la ISS a principios de esa década.
Esta decisión resulta alentadora para la NASA y las demás agencias involucradas en la ISS, como la Agencia Espacial Europea (ESA), Japón, Canadá y Estados Unidos. La infraestructura de la ISS requiere una interdependencia única: mientras el lado estadounidense suministra energía, el segmento ruso proporciona propulsión para mantener la estación en órbita estable.
Una relación marcada por tensiones
La colaboración espacial de Rusia con Occidente se ha visto ensombrecida por tensiones políticas derivadas de la guerra en Ucrania. En varias ocasiones, Rusia amenazó con abandonar la ISS o incluso desorbitarla de manera descontrolada. Sin embargo, el enfoque pragmático de ambas partes ha permitido que la cooperación continúe, reconociendo la importancia de mantener operativa la estación hasta el final de su vida útil.
¿Qué sabemos sobre la Estación Orbital Rusa?
A pesar de esta prórroga, Rusia sigue adelante con sus planes para la ROS, una estación espacial completamente gestionada por Roscosmos. Este proyecto apunta a operar en una órbita heliosíncrona a 400 kilómetros de altitud, con una inclinación de 97 grados que permitirá un monitoreo global detallado.
Características principales de la ROS:
•Fase 1: Lanzamiento de cuatro módulos (científico, nodal, base y acoplamiento) para albergar a dos cosmonautas con un espacio habitable de 228 metros cúbicos.
•Fase 2: Incorporación de dos módulos adicionales (espacial y de producción) y una plataforma de servicio, aumentando la capacidad a cuatro astronautas y 667 metros cúbicos de espacio habitable.
La primera fase está programada para comenzar en 2027 con el lanzamiento del módulo científico-energético. Una vez operativa, la ROS ofrecerá mayores capacidades de generación de energía, integración con satélites de próxima generación y modos de operación avanzados para mejorar la vigilancia y el monitoreo terrestre.
Hacia el futuro
La extensión de Rusia en la ISS hasta 2030 asegura la estabilidad de este emblemático laboratorio orbital en su etapa final. Al mismo tiempo, marca un periodo de transición hacia una nueva era en la exploración espacial, con proyectos independientes como la ROS y la estación Gateway liderada por la NASA para la exploración lunar.
La decisión refuerza la importancia de la cooperación internacional en un contexto de tensiones geopolíticas, subrayando que, incluso en tiempos de conflicto, el espacio sigue siendo un terreno para la colaboración y el avance científico global.
Por: Francisco Núñez, franciscoeditordigital@gmail.com