Juan 14:27: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.” Este versículo es una promesa de paz de Jesús para sus seguidores. En un mundo lleno de incertidumbres y preocupaciones, Jesús ofrece una paz distinta, una que no depende de las circunstancias externas sino de su presencia constante en nuestras vidas.
La paz que Jesús nos da es un regalo que nos permite enfrentar cualquier dificultad con serenidad. A diferencia de la paz temporal del mundo, que puede desvanecerse rápidamente, la paz de Jesús es duradera y profunda. Nos fortalece en los momentos de temor, llenándonos de confianza en su cuidado y en su propósito para nosotros.
Este mensaje nos invita a confiar plenamente en Él y a no permitir que nuestros corazones se turben o se llenen de miedo. Al recordar esta promesa, podemos enfrentar cualquier situación con la certeza de que su paz está siempre disponible para nosotros, guiándonos y sosteniéndonos en todo momento.
Por: Francisco Núñez, franciscoeditordigital@gmail.com.