NUEVA YORK. – Cientos de vendedores ambulantes, en su mayoría inmigrantes, exigieron este jueves a la Administración local la aprobación de un paquete de reformas que les garantice acceso a licencias comerciales, lo cual frenaría las multas y la confiscación de mercancía que actualmente enfrentan.
Denominado la Plataforma de Reforma de Vendedores Ambulantes, este paquete incluye cuatro proyectos clave: ampliar el acceso a licencias comerciales, reducir las multas que pueden alcanzar hasta mil dólares, crear una división de asistencia a vendedores dentro de los servicios para pequeñas empresas, y evitar la aglomeración en áreas públicas.
Actualmente, casi 20,000 personas, principalmente inmigrantes, personas de color y veteranos, trabajan como vendedores en las calles de Nueva York, generando 712 millones de dólares en impuestos para la ciudad, el estado y el Gobierno federal, y contribuyendo con 293 millones de dólares a la economía local.
Sin embargo, otros miles están en lista de espera para obtener una licencia, lo que ha incrementado el número de vendedores sin licencia que buscan mantener a sus familias, especialmente después de la pandemia y la reciente ola de inmigración en la ciudad.
El aumento de vendedores ambulantes ha sido notable en el vecindario de Queens, el cual tiene la mayor diversidad étnica, donde la intervención de las autoridades es frecuente.
El jueves, muchos vendedores marcharon por las calles del bajo Manhattan hasta la Alcaldía, apoyados por la Coalición por la Justicia de los Vendedores Ambulantes, expresando sus demandas en varios idiomas para reparar un sistema que consideran «roto».
Entre las consignas se leían: «Queremos justicia para todos los vendedores», «Amo a nuestros vendedores» y «Somos pequeños empresarios. Sin nuestro sacrificio no hay superación».
Yesenia, una vendedora mexicana que sostiene a sus dos hijos pequeños y ayuda a sus padres vendiendo dulces tradicionales en El Bronx, contó a EFE que fue multada con 50 dólares por no tener licencia, y que a veces regresa a casa con tan solo 40 dólares tras su jornada laboral.
Aunque no ha sido su experiencia directa, Yesenia ha visto a sus compañeros «correr» ante la presencia de las autoridades para evitar ser multados o que se les confisque su mercancía. El Departamento de Higienización es la principal agencia encargada de supervisar a los vendedores, aunque la Policía también interviene frecuentemente.
Vivien Grullón, quien vende complementos en Queens desde hace 29 años, relató que el miércoles tuvo que recoger rápidamente su mercancía y escapar de las autoridades, quienes confiscaron grandes cantidades de productos en ese condado.
Grullón también denunció que, debido a la falta de permisos, ha surgido un mercado negro donde los propietarios de permisos para carros de venta de comida los alquilan por miles de dólares.
Un análisis de datos realizado por el periódico digital ‘The City’ y publicado en junio mostró que las citaciones emitidas por las autoridades en los parques de la ciudad por ventas no autorizadas han aumentado en los últimos tres años, incrementando un 30% en 2023 en comparación con 2019.