Una nueva legislación establece que cada plantel debe tener en cuenta las «diversas culturas, expresión de género y diversidad corporal» de los estudiantes. El objetivo de la nueva política es eliminar los códigos de vestimenta sexistas y heteronormativos, así como estándares dirigidos a niñas y estudiantes de color.
¿Cómo se deben vestir los niños de las escuelas públicas de la Gran Manzana para asistir a sus clases?
Ahora, el Concejo Municipal aprobó una legislación que requiere que el Departamento de Educación (DOE), cree una política de código de vestimenta más uniforme, en medio de críticas de que algunas escuelas discriminan a los alumnos, por la forma en que visten. Particularmente, el malestar ha surgido por parte de estudiantes LGBTQ+ y de color.
Este paso normativo abre el espectro para dar más libertad para que los estudiantes se vistan realmente como quieran. En algunos casos aislados, se ha prohibido a estudiantes que quieren expresarse con prendas del sexo contrario.
En la actualidad, a pesar de los numerosos intentos de aportar cierta cohesión al sistema escolar, las políticas varían ampliamente. Ya que cada escuela, puede determinar políticas individuales a su propia discreción.
A algunos miembros del Concejo, les preocupa que este mosaico de políticas distintas, haya apuntado y criminalizado injustamente a algunos estudiantes.
¿Qué logra la ley?
Con la legislación 118-A, patrocinada por la vicepresidenta del Concejo Municipal, Diana Ayala, se requiere que el DOE, publique políticas de códigos de vestimenta en su sitio web e informe sobre las políticas de códigos de vestimenta durante cinco años.
Este perfil debe incluir y datos sobre las normas de vestuario de cada plantel y sobre las sanciones giradas por la forma en que se viste un alumno. Todo debe ser desglosado por mes, semana, raza y género de los estudiantes.
“Las familias deberían tener la oportunidad de acceder fácilmente a la política del código de vestimenta de su escuela en un sitio web y determinar si las políticas de sus escuelas, no son discriminatorias y están alineadas con las pautas del DOE”, destacó Ayala.
Una acción inclusiva
Además, la camara municipal aprobó la Resolución 292, patrocinada por la concejal Althea Stevens, la cual exige pide al DOE que cree una política de código de vestimenta escolar inclusiva, que cumpla con el Título IX de la Ley Federal de Enmiendas a la Educación y tenga en cuenta las diversas culturas, expresiones de género y diversidad corporal.
Esta política crearía un marco para proteger a los estudiantes de imposiciones de vestimenta sexistas y heteronormativas. También permitiría flexibilidad en la creación de políticas de códigos de vestimenta a nivel escolar, con la participación de los jóvenes afectados.
Stevens interpreta que está impulsando una norma que cree un patrón de respeto a las diversas culturas, la expresión de género y la diversidad corporal.
“Estamos comprometidos a garantizar que nuestra ciudad avance hacia la inclusión, permitiendo que los estudiantes se expresen libremente a través de su ropa”, delineó la legisladora.
Ante esta nueva legislación, la Ciudad dijo en un comunicado compartido por medios locales, que los códigos de vestimenta se deciden individualmente en cada escuela y se requiere que se examine la justificación de sus respectivas políticas.
“Las escuelas deben considerar la evolución de las normas generacionales, culturales, sociales y de identidad. Además, estas políticas deben ser neutrales y no pueden prohibir ciertos tipos de ropa, que estén estereotipadamente asociados con un género, y deben implementarse de manera equitativa y no discriminatoria”, concluyó el portavoz de la alcaldía.
Entre las comunidades hispanas como en cualquier otro tema hay posiciones encontradas. Por ejemplo, la madre dominicana Axiel Rodríguez, de 24 años, opina que lo “normal en el mundo” es que quien vaya a la escuela, tenga un uniforme.
“Me parece que eso da disciplina. No es que yo sea conservadora. Pero es que eso no es libertad. La ciudad va a un rumbo en donde todo es normal, incluyendo las drogas, que los niños se vistan como niñas. Como yo soy la que le compra su ropa. Yo opino cómo ellos se van a vestir. Cuando ellos trabajen y se compren sus cosas, que se vistan como chivos si quieren”, acotó la isleña.
La guía de inclusión del DOE
De acuerdo a la Guía de Inclusión del DOE, los códigos de vestimenta deben ser neutrales en cuanto al género, libres de estereotipos de género y aplicarse por igual a todos los estudiantes independientemente de su género.
Textualmente esta guía especifica que los códigos de vestimenta “no pueden prohibir que un género específico, use una vestimenta particular. Una escuela no puede exigir vestimenta específica de género para programas o actividades escolares”.
Por ejemplo, no pueden: prohibir a los estudiantes que se identifican como hombres usar faldas, joyas o esmalte de uñas, exigir que solo los estudiantes que se identifican como hombres usen corbatas para las fotografías del anuario, o exigir que solo los estudiantes que se identifican como mujeres usen vestidos en la graduación.
Las escuelas tampoco pueden prohibir la ropa que “distrae” o ciertos tipos de ropa que están estereotipadamente asociadas con un género. Lo que sí pueden prohibir las escuelas es usar ropa reveladora que no cubra completamente las partes privadas del cuerpo.
Por Fernando Martínez