Las entregas serán posibles «cuando todo esté listo para ello», afirmó el portavoz de las Fuerzas Armadas de Ucrania.
Las Fuerzas Armadas de Ucrania temen desplegar en su territorio misiles de defensa aérea en grandes cantidades, así como cazas de fabricación estadounidense F-16, ante el el riesgo de que se conviertan en «un buen blanco» para los militares rusos, reconoció el sábado el portavoz del Ejército ucraniano, Yuri Ignat en una entrevista.
«No podemos tomar inmediatamente una gran cantidad de misiles; es necesario almacenarlos y el enemigo, tarde o temprano, se enterará.
Lamentablemente, los servicios de inteligencia funcionan a su favor y no tiene mucho sentido colocar depósitos de municiones completos en Ucrania», lamentó el militar.
El mismo razonamiento aplicó los cazas F-16: «Todo parece estar listo, pero no los aceptamos, ¡¿por qué?! ¿Vendrán a nosotros y se convertirán en un buen blanco para el enemigo?».
Ignat admitió que las entregas serán posibles «cuando todo esté listo para ello», es decir, cuando haya «personas que los pilotarán, personas que los atenderán, infraestructura del aeródromo», así como «una base racional para colocar aviones en Ucrania».
Mientras tanto, que se reparen y modernicen allí para que nos sirvan fielmente», resumió.
Países Bajos y Dinamarca fueron los primeros en acordar el suministro de cazas F-16 a Ucrania, el pasado mes de agosto.
Desde Ámsterdam, señalaron que el país dispone de un total de 42 aviones de combate F-16, aunque se desconoce la cantidad exacta que se suministrará.
Por su parte, la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, declaró entonces que Dinamarca entregaría 19 cazas a Kiev.
La semana pasada se dio a conocer que la entrega de los primeros seis cazas de Dinamarca, planeada para inicios de 2024, se retrasará hasta mediados de año.
Paralelamente, un grupo de pilotos ucranianos terminó a finales de diciembre un programa de formación básica necesaria para pilotar estas aeronaves.
Rusia ha condenado en más de una ocasión el suministro de armas occidentales a Ucrania, afirmando que este tipo de entregas solo prolongan el conflicto.
El ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, declaró en julio que Moscú consideraría el envío de cazas F-16 a Kiev como una amenaza en el ámbito nuclear, ya que su país «no puede ignorar la capacidad de estos aviones para transportar armas nucleares».