La celebración cristiana, traída a las calles de la Gran Manzana por la diáspora puertorriqueña, se celebró este viernes manteniendo la tradición y el colorido de ya casi medio siglo.
Nuevamente Melchor, Gaspar y Baltazar caminaron por el corazón de El Barrio en el Alto Manhattan, para celebrar el 47º Desfile y Celebración Anual del Día de los Reyes Magos, una tradición que cierra para muchos países de América Latina y el Caribe la temporada de Navidad.
En esta edición de 2024, la parada atrajo a miles de pequeños escolares, de una docena de escuelas que rodean las calles 106th y 115th con Park Avenue en East Harlem. Se trata del mismo recorrido que ha marcado esta celebración de más de cuatro décadas, organizada por el Museo de El Barrio en East Harlem y traída a la Gran Manzana por la diáspora puertorriqueña.
El tema de este año fue “Mantengamos vivas nuestras historias”, lo cual convirtió la actividad en una muestra de cómo se pueden contar historias en las artes.
Solo los dos años pandémicos pusieron una pausa a esta festividad del calendario cristiano, que ya forma parte de las paradas obligadas, celebradas en todo el año en la Gran Manzana.
“Este año ha sido muy bello. He visto muchos más niños que en años anteriores. Esta es una fiesta grande en la isla que no vamos a dejar morir ni aquí ni allá. Yo tengo más de 40 años viniendo sin falta. El año pasado el clima no ayudó. Pero este año está frío, pero soleado”, comentó la puertorriqueña Rosa Custodio, quien vive en este vecindario que se llenó este viernes de música, tradiciones, bailes y expresiones artísticas.
Del Medio Oriente a Puerto Rico
El pasaje bíblico dice que tres hombres sabios, descritos como Magos, viajaron desde el Medio Oriente siguiendo una estrella para adorar al Niño Jesús, a quien le llevaron oro, incienso y mirra.
Con los años el cristianismo convirtió este relato, en una tradición que se celebra de diferentes maneras. En Nueva York tiene su propia esencia, tiene sonidos de salsa, samba y ritmos afrolatinos.
Parte de esta historia, la puede contar con muchas señas, Junio Oleancy, quien no vino del Medio Oriente, pero sí de Puerto Rico, luciendo un imponente traje azul turquesa que representa a Melchor. Su madre, Rafaela La O Alvarado fue una de las fundadoras de los diseños de este desfile, que de alguna manera es una fiesta que celebra la presencia caribeña en la Gran Manzana.
“Me fascina esta representación. Para mi es un homenaje a mi mamá que fue una de las promotoras de este desfile. Cuando camino no hago más que recordarme de ella”, contó quien estuvo escoltado por tres camellos y sus dos compañeros de “ruta”. Todos regalaron momentos de emoción para cientos de asistentes.
Despliegue de seguridad
Los “Reyes” que desfilaron por varias cuadras de El Barrio en este amanecer de un Nuevo Año, no fueron guiados por la estrella de Belén, pero sí fueron custodiados por una gran cordón de funcionarios del Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York (NYPD).
Sus regalos no fueron llevados a un solo niño, sino a miles que luciendo coronas alegóricas, disfrutaron con gran emoción el paso de la representación de los tres míticos personajes, además de José y María.
“Es la fuerza de una tradición que nos une con el mensaje de amor y solidaridad que debe estar presente en todos los neoyorquinos, independientemente de dónde vengamos. En mi aula tengo niños asiáticos, hispanos, judíos, de varias religiones, que disfrutan este momento justamente como eso, como una conmemoración que habla de unión”, destacó la docente Carmen Feliciano, de una escuela pública de Harlem.
Feliciano destacó que para las escuelas “es un gran reto de seguridad” salir con los niños a actividades masivas de calle, pero es un “regalo” que anualmente cada vez disfrutan más y afortunadamente se cuenta con una presencia policial muy coordinada.
Por Fernando Martínez