El telescopio espacial Hubble volvió a detectar unas tenues manchas grises en los anillos de Saturno. El observatorio de la NASA y la Agencia Espacial Europea tomó varias imágenes del fenómeno el pasado 22 de octubre, cuando el planeta anillado se encontraba a 1.365 millones de kilómetros de la Tierra.
Conocidas como «cuñas radiales» o «radios» porque se orientan radialmente, estas manchas aparecen siempre en el anillo B, el más ancho de los anillos de Saturno. Son temporales, tienen un tono más claro o más oscuro que el propio anillo y giran junto a él.
Las cuñas radiales fueron observadas por primera vez cuando la sonda espacial Voyager 2 de la NASA sobrevoló Saturno en 1981. Aunque su origen no está del todo claro, los astrónomos creen que son partículas de hielo y polvo levitando por efecto de las fuerzas electromagnéticas que genera el campo magnético del planeta.
Antes de que los anillos desaparezcan
Las cuñas de radio aparecen cerca del equinoccio de primavera u otoño de Saturno, y estamos en plena temporada. El telescopio Hubble las observó en el lado izquierdo del anillo en 2021, y las volvió a observar en 2022. Ahora son más numerosas y están a ambos lados, lo que confirma que hemos entrado en el periodo de mayor actividad, en el que estas cuñas se forman continuamente.
Son temporales: su apariencia fantasmagórica dura apenas dos o tres rotaciones alrededor del planeta anillado. Pero pueden ser enormes: aunque la escala de Saturno nos engañe, una sola cuña puede tener el diámetro de toda la Tierra.
Saturno tarda unos 29 años y medio en dar la vuelta al Sol, por lo que sus equinoccios tienen lugar cada 15 años. El próximo equinoccio ocurrirá en 2025, lo que explica la aparición de tantas cuñas radiales en su anillo. Pero el equinoccio tiene un efecto mucho más notable en Saturno para los observadores terrestres y es que sus anillos se ponen de perfil, desapareciendo de nuestra vista.
Matías S. Zavia