$432 millones le ha costado hasta ahora a la Ciudad la dotación de tres comidas diarias a los recién llegados. La cámara municipal maniobra para que estos recursos vayan ahora a pequeños restaurantes y no al bolsillo de grandes empresarios.
Al complicado laberinto de la crisis migratoria de la ciudad de Nueva York se suma la certeza que toneladas de alimentos “sin tocar”, terminan desechados en los alrededores de los albergues de emergencia, porque como los mismos inmigrantes denuncian: ¡Son de muy mala calidad!
Por ello, esta semana la comisión de Contrataciones y de Pequeños Negocios del Concejo citó a portavoces del gobierno municipal para buscar explicaciones sobre los criterios de la contratación, de los proveedores de estos servicios, que desde que inició la oleada de recién llegados, en la primavera de 2022, han recibido $463 millones para suministrar desayunos, almuerzos y cenas para quienes viven en el sistema de albergues.
Los concejales aspiran revisar centavo a centavo esta “alta factura” municipal. Aunque de cara al futuro, el objetivo firme de la cámara municipal es crear normas para que los pequeños negocios y restaurantes de los vecindarios de la Gran Manzana, puedan ser los proveedores de estos alimentos a los inmigrantes solicitantes de asilo.
La concejal de Manhattan, Gale Brewer, que dirige el Comité de Supervisión e Investigaciones, calificó como “grotesco” que las comidas de los inmigrantes terminen en contenedores de basura, en un momento en que las bibliotecas, las escuelas y los servicios de recolección de basura están programados para sufrir fuertes reducciones presupuestarias.
“Yo personalmente he recibido quejas de los vecinos de Riverside y de los mismos empleados del Departamento de Saneamiento. Queremos saber exactamente por qué este costo tan elevado para la Ciudad, termina en la basura“, destacó.
Contratos para pequeños comercios
Por su parte, la concejal Amanda Farías se mostró “decepcionada” que las agencias municipales que lidian con esa crisis, no hayan sido capaces de hacer una revisión de los niveles nutricionales y de la calidad de estos productos, luego de más de un año en el cual ha sido muy recurrente este tipo de quejas.
“Si estamos hablando de contratos firmados por un año, lo normal sería que a mitad del proceso se hagan revisiones. Eso no ha pasado”, remató.
Asimismo, la concejal Julie Won, representantes de vecindarios del oeste de Queens, como Astoria y Long Island City, contó que todos los días recibe inmigrantes mostrándole la calidad de los productos.
En este sentido, Won propone que los cientos de miles de dólares que la ciudad gasta en mala comida en los refugios, se dirijan a contratos con restaurantes locales.
“Se les brindaría apoyo para expandirse y cubrir la necesidad. Podrían incorporarse a este ecosistema y ayudar a la economía local, dar empleo a la gente y salvar a las pequeñas empresas”, argumentó.
“Hemos sido transparentes”
Ante el bombardeo de dudas y preguntas de los concejales, el Dr Ted Long, portavoz de la Corporación de Hospitales Públicos de la Ciudad de Nueva York (H+H), uno de los funcionarios al frente del manejo de esta crisis humanitaria, precisó que gran parte de las contrataciones se hicieron bajo un estatuto de emergencia, acudiendo a proveedores que ya tenían una tradición de servicios con la Ciudad.
“Podemos decir que hemos abordado esta crisis con humanidad, pero principalmente con mucha transparencia. Obviamente hay muchas cosas que estamos perfeccionando en el camino”, acotó.
Long aseguró que en este momento varias agencias municipales, que manejan esta contingencia, están en una etapa de revisiones para expandir las contrataciones de servicios alimenticios a vendedores locales.
El pasado 30 de noviembre de 2023, el contralor de la ciudad de Nueva York, Brad Lander, revocó la autoridad de contratación de emergencia de la Ciudad, para celebrar acuerdos específicos con servicios para migrantes, incluido el suministro de alimentos para refugios.
Esta decisión requiere que la administración Adams reciba ahora la aprobación ‘caso por caso’ de la oficina de la Contraloría, antes de cerrar un acuerdo de dotación de alimentos para albergues para migrantes.
“No sabe a nada”
De acuerdo con consultas realizadas por El Diario en algunos shelters de Queens, en efecto, la mayoría de los inmigrantes recién llegados que viven en hoteles de emergencia, relatan que en muchos casos las comidas son congeladas, de muy mala calidad, incluso vienen descompuestas. La observación más común es que “no saben a nada”.
También hay casos, que cuando llegan las comidas a los refugios, las personas no están presente porque están buscando trabajo. Y todo se pierde porque igual los proveedores las dejan.
“Uno agradece que te den la comida. No es quejarse por quejarse. Pero en realidad casi siempre es muy mala. En muchos casos, las personas han metido a escondidas cocinas eléctricas para preparar sus propios alimentos. O van a otros sitios en donde ofrecen otro tipo de comida caliente”, relató María Pardo, una inmigrante venezolana, quien está albergada desde julio en un hotel de Long Island City, en Queens.
Otro inmigrante consultado asegura que se trata de un tema cultural: “No estamos acostumbrados a muchas cosas, pero se agradece el esfuerzo. No vamos a pretender además de recibir hospedaje, también comer a la carta”
¿$1 millón a la basura?
De acuerdo con un reporte esta semana de The New York Times uno de los contratistas más grandes que suministra comida a los inmigrantes en los refugios, se llama DocGo, “una empresa de servicios médicos, que ganó un contrato sin licitación, por valor de 432 millones de dólares para brindar atención general a los migrantes”.
DocGo recibe hasta 33 dólares diarios por migrante por proporcionar tres comidas al día a cada uno de los aproximadamente 4,000 migrantes bajo su cuidado.
El medio neoyorquino puntualiza que del “22 de octubre al 10 de noviembre, DocGo registró más de 70,000 comidas como desperdiciadas, según cuentas internas de la empresa”.
A 11 dólares por comida, la tarifa máxima permitida por el contrato, los alimentos “tirados” durante ese período de 20 días costaría a los contribuyentes alrededor de $776 mil dólares, o alrededor de $39,000 dólares por día día.
En respuesta a las protestas por la calidad de la comida, portavoces de DocGo han prometido realizar mejoras, como introducir comida halal para inmigrantes musulmanes y realizar ajustes para la población predominantemente hispana.
El dato:
40,000 pequeñas empresas alimenticias podrían generar 500,000 puestos de trabajo en la Gran Manzana, pero se requiere simplificar los procesos de de contratación para una industria que se encuentra agobiada por los bajos márgenes de ganancia y los complejos requisitos reglamentarios, sostiene el Concejo Municipal de NYC en un informe.
Por Fernando Martínez